LA ESCRITURA CHINA





La escritura china, como en el resto del mundo, apareció cuando se creó un sistema de símbolos gráficos que reproducía el habla en su totalidad. Su origen no está claro, aunque existen diferentes versiones de origen mitológico que lo explica. Según cuenta la leyenda, el emperador Amarillo tenía un ministro con cuatro ojos llamado Cang Jie, el cual inventó los caracteres inspirándose en las huellas dejadas por los animales en la tierra.


Entre algunos restos arqueológicos de época neolítica, del quinto mileno antes de nuestra era, se ha encontrado una serie de utensilios de terracota que presentan unas marcas grabadas en su superficie, algunas de las cuales guardan cierta semejanza con caracteres chinos. Según algunas interpretaciones, podrían representar una forma embrionaria de escritura, aunque otros se inclinan por unos símbolos gráficos realizados por su propietario o artesano. A partir de inicios del tercer milenio las imágenes inscritas sobre las piezas son simples, pero realistas, y se puede reconocer en ellas los objetos que representan. Lo más probable es que los mensajes que pretendía transmitir no fueran leídos en forma de texto, por lo que no se puede hablar de escritura propiamente dicha. Por las evidencias que contamos actualmente, se podría decir que la escritura china se inventó antes o durante el neolítico (6000-1700 a.n.e.). Sin embargo, hay investigadores que ponen de relieve que ningún pueblo ha desarrollado un sistema de escritura completo hasta después de haber entrado en una sociedad de clases y China no lo hizo hasta el periodo de la dinastía Xia (2207–1765 a.n.e.), por lo que es poco probable que se originara en esta fecha.

Los primeros hallazgos arqueológicos que atestiguan la existencia de una escritura plenamente desarrollada está constituida por la escritura en caparazones y huesos, que se dividen en las “primitivas” y las pertenecientes a la dinastía Shang (1765–1122 a.n.e.). Estas inscripciones eran usadas, en su mayoría, como instrumentos de adivinación para contactar con los dioses y para dejar constancia de hechos memorables.

Los huesos oraculares de la dinastía Shang son de una época más tardía y cuentan con al menos 3.300 años de antigüedad. En 1899 uno de esos huesos cayó en manos del director de la Academia Imperial de Educación del Estado de Beijing, Wang Yirong. Desde su descubrimiento hasta la actualidad se han desenterrado más de 150.000 piezas.

Otra fuente importante de estudio es la “escritura en bronce” de fines de la dinastía Shang, cuando la práctica de la adivinación por medio de los huesos oraculares entró en desuso. Será durante la dinastía Zhou (1122–256 a.n.e) cuando experimenta su mayor desarrollo. Formalmente son una evolución de los caracteres escritos anteriormente en los huesos y caparazones de animales. Se han recuperado alrededor de unas 10.000 piezas, donde se han identificado 3.000 caracteres.

La “escritura sigilar”, usada principalmente para sellos personales u oficiales, desciende de la escritura sobre bronce de fines de la dinastía Zhou occidental. Éstos son más regulares y simétricos, con trazos alargados y curvos. El desmembramiento político en pequeños señoríos en pugna constante proporcionaron la proliferación de variantes de un mismo carácter. Esta situación dio lugar en el año 800 a. n. e. al primer intento oficial de reforma de la escritura que sancionaba algunas de esas variantes en detrimento de otras. Las formas aprobadas se recogieron en Compedio de Shi Zhou  y posteriormente recibieron el nombre de “escritura sigilar mayor”, que estuvieron vigente durante el periodo de los Reinos Combatientes y los primeros años de los Qin (221–206 a.n.e.).

Tras la reunificación de China en el año 221 a. n. e. por el primer emperador de China, promovió una serie de reformas legislativas dirigidas a unificar, entre otros aspectos, la escritura, recogida en una lista llamada La lista de Cang Jie, que contenía 3.300 caracteres y constituyó el modelo de la “escritura sigilar menor”. Para que este estilo se convirtiera en el único, mandó quemar los libros escritos en otros estilos y ordenó ejecutar a todos aquellos que no siguieran la nueva norma. Esta unificación, que se denominó sistema de “escritura unificada”, fue una versión de la sigilar mayor.

La “escritura de los escribas” es considerada una derivación de la sigilar mayor y fue usada durante la dinastía Qin y la Han (206 a.n.e. – 220 n.e.). Mientras la escritura sigilar se utilizaba para los documentos oficiales, en el ámbito privado era habitual la de los escribas debido a que contaba con trazos menos laboriosos. La escritura de los escribas usada durante la dinastía Qin era una forma cursiva de la escritura sigilar menor oficial en ese momento; y la usada durante la dinastía Han supuso una ruptura con el estilo anterior e impuso su propio modelo. En general, el número de trazos por carácter disminuyóse volvieron más regulares y rectos,pasando de una escritura arcaica a otra más convencional

Una variante de la escritura de los escribas la encontramos en la “escritura de borrador”, caracterizada por la simplificación de sus trazos, donde estos se omiten o se unen libremente, evolucionando a un estilo muy personal y simplificado,prácticamente ilegible.

La escritura de los escribas dio paso a la “escritura regular” que empezó a tomar forma a fines de la dinastía Han y que supuso un pasomás hacia la estandarización y regulación de los caracteres, con la imposición de unas reglas estrictas en cuanto al orden en el que se debía de escribir los trazos que componen cada elemento del carácter.

Con la “escritura cursiva” -estilo caligráfico más fluido-, derivada de la escritura regular, presenta algunos trazos unidos o abreviados, como se suele hacer cuando se escribe a mano sin levantar del papel el utensilio que se usa para escribir. Se empezó a desarrollar a fines de la dinastía Han posterior y corresponde con la escritura cursiva actual.

Con la llegada al poder de los comunistas, se implantó en toda la República Popular de China los caracteres simplificados, que entraron en vigor en 1956. La reforma buscaba reducir el número de trazos de los caracteres para facilitar tanto su ejecución como su memorización, debido a la dificultad de su aprendizaje y uso, ligada al alto índice de analfabetismo endémico que sufría la población china por esta época.

La dificultad de la escritura china es mucho menor de lo que creemos, ya que la mayor parte de sus caracteres se hacen con la combinación de otros. Asimismo, la sencillez de la gramática compensa parte de las dificultades de la ortografía, de las conjugaciones, de las declinaciones, y de la concordancia de participios y tiempos que encontramos en otras lenguas. Esla escritura china el único ejemplo en el mundo de una escritura de palabras donde cada signo corresponde a una unidad semántica, y la única de este tipo mantenida desde la Antigüedad hasta nuestros días.